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La pandemia del COVID-19 aceleró un comportamiento que ya venía dándose desde antes: las personas consumen más y más rápido y esto es algo que, en situaciones cotidianas, se sostiene y se pronuncia. Llegar a casa cansado cargando las bolsas de la compra o salir del trabajo tarde y tener la heladera vacía son problemas del consumidor moderno que se subsanan gracias a la aparición de los supermercados online y de opciones eficientes de entrega.
Inicialmente, este mercado fue capturado por plataformas de última milla –como Rappi, PedidosYa, iFood o Glovo– y marketplaces que ofrecían generalmente un surtido limitado de productos. Ahora, los supermercados tradicionales también tienen la posibilidad de estar a la altura de la demanda si cuentan con tecnología logística acorde para garantizar la disponibilidad de una amplia gama de productos y entregas rápidas con tasas de cumplimiento óptimas.
“El consumidor moderno demanda velocidad y eficiencia por parte de los supermercados. Pero más allá del canal de venta y de la velocidad, también es clave cumplir con la promesa de que el pedido llegue completo”, explica Francisco Mato, cofundador y CEO de Janis, plataforma líder del mercado retail que procesa más de 1.5 millones de pedidos mensuales en Latinoamérica y España.